Al pasar con la bicicleta por los sitios de siempre un castañazo, (de las que no se comen) en la cabeza me ha recordado que el otoño está a las puertas. Me ha entrado frio y unas ganas terribles de estar al sol. Dejo el blog en reposo. Vuelvo pronto.
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Seguramente hay oro en tus palabras